viernes, 7 de junio de 2019

LAS CABECERAS TECNICAS DE LOS CORREOS ELECTRONICOS

LAS CABECERAS TECNICAS DE LOS CORREOS ELECTRONICOS

Desde hace unos meses ya no se pueden extraer las IP originales de los remitentes de los correos electronicos, al menos en lo que respecta a GMAIL y OUTLOOK.
La ley de proteccion de datos se ha impuesto a la seguridad de los navegantes dejando a los estafadores campar a sus anchas por la web.
Si intentas averiguar la IP  del remitente en alguno de estos dos servidores de correo solo vas a obtener y punto medio del pais donde se aloje el servidor. En el caso de Gmail y Outlook aparecerá un lago de Kansas cerca de Wichita. Dudo que los servidores esten en un barquito de recreo. Todo un regalo para los ciber delincuentes. Seguire ampliando.

lunes, 20 de enero de 2014

LOS LIMITES DE LA PROTESTA SOCIAL


Que es una protesta social:

Una protesta es aquella muestra de disconformidad o descontento que un individuo expresará respecto de algo o de alguien. Generalmente, ese descontento tiene que ver con alguna decisión que lo toca íntimamente, ya sea en sus intereses económicos, profesionales o personales.

Protesta es la acción y efecto de protestar (proclamar o declarar un propósito, expresar impetuosamente una queja o disconformidad). Las protestas pueden manifestarse a través de una marcha, una manifestación, una carta pública, etc.

En otros casos, las protestas se convierten en exhibiciones públicas organizadas por activistas o movimientos políticos. La protesta, en este sentido, es un acto social o político que busca obtener algo o modificar una determinada situación.

Con el objetivo de que la protesta sea conocida por la opinión pública, estas exhibiciones suelen tener lugar en espacios emblemáticos como avenidas, plazas o frente a edificios gubernamentales (la casa de gobierno, algún ministerio). A mayor gente que participa de la protesta, mayor éxito de la manifestación y, por lo tanto, mayor posibilidad que el reclamo sea atendido.

Las marchas, las huelgas, los piquetes, los boicots, los escraches y los cacerolazos son modos de protestas difundidos en todo el mundo.

Articulo de un periódico argentino, donde la protesta violenta casi acaba siendo algo normal, debido a una grave crisis:
"Por no criminalizar la protesta social entendemos que un hecho que en situaciones normales constituye delito, en circunstancias excepcionales no se lo considere así. Porque se evalúa que para la sociedad resultarán más gravosas las consecuencias de perseguir penalmente a los autores que las de no hacerlo.
Después del colapso del 2001 la sociedad argentina estaba en ebullición. En el año 2002 hubo más de 17.000 hechos de protesta social, muchos masivos, comprendiendo desde tomas de fábricas hasta cortes de rutas.
Había que permitir que la gente se expresara, peticionara, porque se estaba en un momento excepcional.
Sin embargo, superada la crisis, ese tipo de hechos ha continuado por varios factores.
Uno de ellos ha sido la ausencia de canales institucionales eficaces para resolver los conflictos.
También porque algunos grupos han adoptado como su principal método de acción política la participación en cualquier hecho de protesta. O porque constituye un fuerte incentivo para hacerlo la pasividad de las autoridades policiales y judiciales.
Si para darle visibilidad a un reclamo se puede impunemente cortar una autopista o la 9 de Julio, ¿por qué no hacerlo, si esto no tiene consecuencias, si no hay que asumir responsabilidades?
La reflexión sobre la protesta social requiere considerar dos elementos necesarios.
Uno cualitativo, que hace al motivo y trasunta la pretensión de darle legitimidad a la protesta. Es el más opinable, porque será justo o injusto según quién lo mire.
Para algunos eran justificables los cortes de ruta que se produjeron por la resolución 125 de retenciones, así como para otros lo eran los realizados por desocupados reclamando por planes caídos. Lo que era justo para la opinión de unos era injusto para la de los otros.
El otro aspecto es el cuantitativo, que hace a la magnitud de la manifestación y da testimonio de la importancia del sector agraviado. Ninguna injusticia deja de serlo por ser pocos los afectados.
Pero hay una cuestión fundamental: la necesaria relación entre la cantidad de manifestantes y los perjuicios que se causan a otras personas.
No es serio aceptar que sólo algunas decenas de manifestantes se apoderen del espacio público destinado a circular y con ello afecten la vida y los derechos de miles de personas. El principio constitucional de razonabilidad no ha llegado a los debates públicos con suficiente precisión.
Como los cortes han sido los hechos más frecuentes, en trazos gruesos se ha planteado la existencia de un conflicto entre el derecho a expresarse de unos con el de circular de otros.
Pero muchas veces no sólo es ese el conflicto. Porque es innegable que ocupar legislaturas, tomar comisarías o destruir una iglesia no es ejercer el derecho de expresión.
 Se afecta mucho más que el derecho a circular cuando, por medio de la violencia, una minoría se impone a las mayorías y a las instituciones.
No es admisible que pequeños grupos usurpen funciones estatales. Como el caso de asambleístas, cuyo comportamiento afectó las relaciones con un país hermano, o como cuando un grupo político impide que la universidad elija sus autoridades. Sin duda, esos comportamientos no pueden quedar protegidos por la invocación de la libertad de expresión.
La ley debe ser aplicada por jueces y fiscales, y por las fuerzas de seguridad y policiales en las situaciones que corresponda.
Recordemos que, cuando estas fuerzas actúan, lo deben hacer en el marco del Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, sancionado por las Naciones Unidas, que es ley en nuestro país. En lo esencial sus disposiciones garantizan el respeto de los derechos humanos y se basan en la utilización de la mínima violencia y como último recurso.
No podemos caer en la trampa de dejar que se viole la ley impunemente, bajo la amenaza de que hacerla cumplir termine ocasionando víctimas fatales.
En 2015 asumirá un gobierno de distinto signo al actual. Desde ahora debemos comenzar un debate entre las fuerzas políticas para llegar a un sólido acuerdo sobre cómo encarar este problema, poner límites y reconstruir el respeto a la autoridad legítimamente constituida.
En una sociedad democrática es indispensable una ordenada convivencia, con respeto por todos los derechos de todas las personas.
No podemos consentir que la sociedad llegue a percibir como normal lo que fueron hechos excepcionales, ocurridos en circunstancias excepcionales."

¿Que podemos aprender de este articulo para evitar una situación similar?
Pues se pueden extraer dos cosas claramente:
 La primera es que la situación puntual puede modificar la intensidad de la protesta, pero una vez superada esa situación de crisis se debe restaurar la normalidad cuanto antes.
La segunda es que debe ser proporcional la reclamación con el perjuicio causado a terceros que no comparten los motivo de esa reclamación y que quieren continuar su vida con normalidad.

Donde están los limites de la protesta?
La protesta debe ser pacifica. Todo lo que conlleve violencia, generara mas violencia, derivando una protesta pacifica en un problema para la sociedad en general. Incendiar automóviles, destrozar vidrieras, extorsionar a comerciantes no es ejercer el derecho de expresión. La fuerza de la protesta debe residir en el numero de manifestantes, es decir en el seguimiento de la misma. Ejercer la protesta de forma violenta conllevara una desviación en el planteamiento de la estrategia del estado para afrontar la misma, lo que puede degenerar en una criminalización de la protesta social por culpa de un sector violento de la manifestación, perjudicando a todo el conjunto.
Crimininalización de la protesta (concepto histórico): La criminalización de la protesta o el activismo social es una estrategia del Estado, aplicado por gobiernos o la fuerza pública, que implicaría la modificación y el uso de las leyes para detener y condenar con altas penas a los llamados activistas sociales, manifiestándose también en otras medidas que —fuera de la ley y gradualmente— consistirían en señalar, hostigar, perseguir, encarcelar, y hasta torturar y asesinar a quienes actúan motivados por opciones de vida políticas, comparándolos con delincuentes y/o terroristas.
Desde este punto de vista, la detención de activistas pretendería inhibir la protesta social; en sus manifestaciones más extremas constituiría una forma de terrorismo de Estado. Quienes estarían a cargo de inducir a la deslegitimación de los activistas y movimientos sociales serían políticos, jueces , policías y medios de comunicación.

No cabe duda que, la criminalización de la protesta, seria un punto y aparte, pudiendo derivar en algo mucho peor, por lo que, el motivo de la protesta, sera decisivo para establecer hasta donde se pretender llegar con ella, que se pretende conseguir y si el esfuerzo vale la pena.

Lo que no debe suceder nunca, a mi entender, es dejarse llevar por una masa, y olvidar que cada uno debe tener unos principios básicos y un cerebro para pensar de forma individual. Tampoco se debe imaginar o fantasear con un posible entorno social de dos bandos, buenos y malos, rojos o azules, fachas o proges, etc... esto seria un grave error que a la larga podría difuminar el verdadero motivo de la protesta.

¿Donde están los limites del Estado?
Medios de comunicación:
Los medios de comunicación esta claro que algunos están politizados, pero tenemos de todos los colores, por lo que no podemos decir que la manipulación de la información vaya en solo un sentido.
Para informarse bien basta con leer todo tipo de periódicos, no solo los que nos gustan.
En este punto seria muy subjetivo echarle parte de culpa al Estado. No se puede concretar una manipulación directa del Estado sobre los medios. Aunque la haya.

Represión policial (punto fuerte del debate):
Una simple identificación ciudadana no es represión policial. No no confundamos. Es un acto necesario para garantizar la seguridad ciudadana.
Vamos a comentar una parte clave en este punto, las denominadas "cargas policiales".
"Articulo de EuropaPres (15 Ene): La Policía ha cargado en la calle Génova y ha lanzado pelotas de goma contra los manifestantes que mostraban su apoyo a los vecinos del barrio burgalés de Gamonal, después de que algunos de los concentrados tiraran petardos y botellas. Los agentes han detenido al menos a una persona."
"Cuatro.com: La policía ha cargado después de que los manifestantes lanzaran petardos y botellas "
   Error: tirar petardos y botellas. Esto provoca la carga policial. 

La resistencia pacifica no debería provocar la carga policial, como mucho el desalojo, lo que seria mucho mas lento y engorroso para la policía y mas efectivo para la protesta.
Una carga policial no se ejecuta si no hay un motivo violento previo, por lo tanto no existen las "cargas policiales preventivas". Que no os digan lo contrario (el que no veas que tus compañeros estén tirando botellas, no quiere decir que no lo hagan).
En todo caso las cargas policiales las debe autorizar una autoridad política (delegado de gobierno normalmente), por lo que la responsabilidad de esta transciende del ámbito policial.
Esto no excusa, para que se puedan dar casos de abuso policial, es ahí, donde el Estado, tendrá que poner los medios necesarios para investigar todos los casos denunciados y depurar responsabilidades si las hubiere. El que se desate la violencia por los manifestantes, no justifica, que en las cargas policiales se golpee indiscriminadamente a personas en actitud pasiva. Esto es intolerable y se debe corregir, empezando por los cursos de control de masas recibidos previamente por las unidades de anti-disturbios.
También se debe conocer por el ciudadano quien a dado la orden de carga y por que motivos. Esto es deber del Ministro del Interior difundirlo a los medios.
Otro punto de conflicto: los supuesto policías infiltrados para provocar las cargas policiales. Puede haber policía infiltrada en manifestaciones, esto es así, pero el motivo legal es y debe ser, recopilar información, para mantener la seguridad ciudadana, simplemente. Todo lo que no sea eso sera algo ilegal y por lo tanto si se demuestra que estas conductas existen, se debe llegar hasta el fondo de la cuestión y castigar a los responsables.


Conclusión:
No se debe olvidar nunca, que vivir en paz costo mucha sangre y tiempo. Se debe evitar confundir una protesta social con un acto político.
Las guerras suelen iniciarse por desacuerdos políticos, sociales, religiosos, etc.. Si todo el mundo quiere tener la razón, y se dejan a un lado los derechos de personas ajenas a la protesta, desaparecerá la equidad necesaria entre ciudadanos iguales.
No podemos dejar que nadie no manipule y estropee lo que tanto a costado conseguir (parece que hay alguno que añora los tiempos de los maquis). Toda acción provoca una reacción, y mejorar en unos pocos derechos, puede salir demasiado caro. Con esto no digo que haya que ser ciegamente sumisos ante un Estado, sino que  hay que tener mesura y ponderar hasta donde se puede llegar protestando. El todo vale no suele compensar.

Si dejamos que la política se imponga, perderemos en sentido común y en democracia.